El incremento de tasas impositivas, no siempre va aparejado con el crecimiento económico. Cuando se fijan nuevas tasas o nuevos impuestos en un sistema tributario, se genera un doble efecto. Si gravan la riqueza, en tratándose de impuestos directos, los factores de la producción son los que sienten un principal desaliento. Si se trata de impuestos indirectos como el impuesto al valor agregado, la activación económica es la que se merma. Los impuestos indirectos tienen como hechos imponibles la enajenación, el otorgamiento del uso o goce temporal, servicios e importación de bienes. Estos cuatro vehículos de la economía, se ven seriamente dañados por el incremento de tasas, porque su realización, activa hechos de causación que están gravados con mayor severidad de lo que puede absorber el causante.
Por ello, el crecimiento económico no se fomenta con el aumento de tasas, sino por el contrario, se desestimula, dado que una proporción de su ingreso disponible (Yd=Ingreso -Impuestos) se ve mermado vía aumento del IVA.
El perito hace un análisis técnico del por qué no se promueve el crecimiento económico.